Ya estoy quemado en el curro, ¿y ahora qué?
Ya estoy quemado en el curro, ¿y ahora qué?
¿Sabías que aproximadamente uno de cada 10 empleados que trabaja en una empresa está «quemado»?
El síndrome del trabajador quemado (burnout) en inglés está ya reconocida como una enfermedad laboral.
¿Y en qué cosiste? Pues es el estar hasta los ******* de tu trabajo. Harto de lo que haces, del jefe, de tus compañeros… Vamos, lo reconoces fácil porque cada vez que piensas en el trabajo se te viene el mundo encima…
La verdad que estar quemado puede ser la consecuencia de varios factores juntos o de algún hecho en particular. Sea como sea, el estrés y el síndrome del trabajador quemado tiene la causa en el mismo principio; un conflicto de valores entre lo que la empresa te hace hacer y lo que tú consideras que debería hacerse.
Esta es una situación difícil. Yo mismo pasé por ella y no era consciente de ello. Mis relaciones se dañaron mucho (y te confieso que no se repusieron). Fue un amigo quien me dio un toque de atención y fue entonces cuando me di cuenta de tenía que cambiar algo. No podía (ni quería seguir así). ¿Estar enfadado todo el día? ¿Sentirme estresado? ¿Olvidar lo que es disfrutar y no sonreír nunca? No quería esto para mí, ni para los que me rodeaban.
Si te reconoces en esta situación, te propongo algunas cosas que puedes hacer para dejar de sentirte tan quemado y encontrar otras opciones:
Índice de contenidos
1. ¿Estás quemado o solo molesto?
La realidad es la que es: no puedes estar super motivados en el trabajo 24 horas al día 7 días a la semana. Por mucho que te guste lo que haces, habrá momentos difíciles, discusiones, tareas que no te gusten… Esto es lo que hay. Ningún trabajo es 100% genial.
Ahora bien, tienes que distinguir si realmente estás quemado o si se trata de una situación puntual.
Si es una situación puntual, entonces acepta que este momento es así pero sé consciente de que si objetivamente pones en una balanza lo bueno y lo malo del trabajo entonces gana la parte buena, la que te gusta.
Pero si ya ha llegado el momento de que gana la parte mala y esto lleva pasando ya muchas semanas (incluso meses)… entonces estás quemado. Es hora de actuar.
2. Identifica la causa de que estés quemado
Hazte la pregunta, ¿cuál es la causa? ¿Es una persona, una situación o un conjunto de ambas?
Muchas veces nos encontramos mal o algo nos molesta pero no identificamos la causa y eso hace que nos sintamos indefensos porque entonces no podemos hacer nada. Simplemente no sabemos por dónde nos caen.
Por tanto párate a pensar cuándo viene esta situación. ¿Siempre está presente? ¿Hay momentos en los que no? ¿Qué ocurre entre unos y otros? Estas preguntas te ayudarán a identificar las causas.
3. Evita los disparadores que te queman
Y puesto que ya las sabes, evítalas.
Por ejemplo, si no te gusta el ambiente que se genera en tu grupo de trabajo cuando vas a tomar café porque se limitan criticar, evita ir con ellos. Si se trata de una persona de otro departamento, en lugar de llamarla escríbele un correo…
Habrá algunas que no será posible. Por ejemplo, si estás quemado no te sientes valorado por tu jefe directo y sientes que no te trata con respecto, es muy complicado que dejes de trata con él. Pero quizá puedas cambiarte de departamento o unirte a otro equipo que dirija otra persona.
Esa tarea que no te gusta, ¿se puede automatizar? ¿Hay alguna persona de tu equipo que le encante esa tarea y pueda cambiártela por otra que a ti te guste más?
Una vez que tienes la causa claras, se trata de que te plantees distintas opciones para evitarlas. No siempre se trata de eliminar, puede ser cambiar por otras o simplemente reduciéndolas.
4. Recuerda para qué estás ahí
Tu para qué es muy importante. ¿Para qué te mantienes en un trabajo que te tiene quemado? ¿Es dinero? ¿Se trata de la necesidad que tiene tu familia lo que hay detrás? ¿Qué es más importante, esa necesidad o tu situación? ¿Qué tiene más valor, lo que consigues o el cómo lo consigues?
Porque si tienes claro tu para qué, entonces es más fácil recordarlo en lo momentos difíciles y que eso te dé fuerza para seguir adelante.
Escribe tu para qué y déjatelo en un sitio visible que te sirva de recordatorio.
5. Planifica tu salida
Si no tienes forma de dejar de estar quemado, vete de ahí… con cabeza.
Planifica tu salida y ponte a trabajar para poder irte a otro sitio donde te sientas satisfecho con tu trabajo.
¿Necesitas encontrar otro trabajo antes? ¿Puedes dejar la empresa ya porque tienes medios alternativos para vivir mientras encuentras otro empleo?
Cada situación es única y por eso necesitas revisar con calma tus opciones. La buena noticia es que como tendrás un plan, eso también te ayudará a mantener la motivación mientras tanto porque tendrás tu meta a la vista.
Importantísimo: ¡Ponle fecha a ese plan y comienza a hacerlo!
Puedes descargarte la plantilla SMARTE como punto de partida para definir tu objetivo.