Valora tus valores
Valora tus valores
Soy un apasionado de los valores. Me llamaron mucho la atención cuando empecé con el coaching y por eso ahora me he especializado en ellos. Qué son, para qué sirven, qué ocurre cuando los descuidamos… La verdad es que juegan un papel crucial en nuestra vida y no ser consciente de ello es como ir por una carretera llena de coches por la noche y con las luces apagadas. Pues si esto es malo, imagínate que el resto de conductores también van con las luces apagadas… Así es cómo la mayoría de las personas se mueven por el mundo. ¿Peligroso? Yo diría que mucho.
El origen de la infelicidad
Porque claro, nos sueltan por el mundo y nos dicen «ale, a vivir la vida» y tú, que acabas de nacer, de salir de la universidad, de encontrar tu primer trabajo, de casarte y tener niños o que quizá por fin te has jubilado, pues lo haces lo mejor que puedes. El problema es que nadie te dice cómo puedes hacerlo. Bueno, miento, siempre hay mogollón de gente que dice cómo debes hacer las cosas. Lo que pasa es que esa es su visión, sus gustos y lo que ellos piensan o harían. No tiene nada que ver contigo, aunque ellos piensen que sí.
Pero volvamos contigo. En el mundo viviendo tu vida o al menos una vida que crees que es tuya. Nunca te han entrenado para pensar en tus valores. Es más, puede que tampoco te hayan explicado nunca en qué consisten. Tampoco te han enseñado a establecer objetivos y sin embargo, te los pones todo el tiempo. Quizá hasta te los pongan también en el trabajo y probablemente a las personas que te los ponen tampoco les han enseñado cómo hacerlo…
Y si no sabes cuáles son tus valores, lo que realmente es importante para ti, y tampoco conoces cómo marcarte objetivos para conseguir aquello que realmente quieres… ¿cómo piensas que te va a ir? ¡Vaya lío! Pues así están casi el 99% de las personas con las que te cruzas todos los días. Coches sin luces por una carretera a oscuras.
¿Qué son los valores?
Para saber más sobre los objetivos, lee el post «Cómo escribir un buen objetivo». En este post, me voy a centrar en los valores.
La palabra valor tiene varias acepciones. Para este post, y desde mi punto de vista, las más relevantes son:
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Alcance de la significación o importancia de una cosa, acción, palabra o frase.
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Subsistencia y firmeza de algún acto.
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Fuerza, actividad, eficacia o virtud de las cosas para producir sus efectos.
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Cualidad del ánimo, que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a arrostrar los peligros.
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Persona que posee o a la que se le atribuyen cualidades positivas para desarrollar una determinada actividad.
¿Te das cuenta de lo que tienen en común todas estas acepciones? Como puedes ver, no hablan de los valores como algo etéreo o una palabra bonita. Todas ellas hablan de movimiento, acción, de actividad.
Y es que eso son los valores. Los valores, para mí, son el motor que nos mueven a la acción. Todo lo que haces a lo largo del día está sustentado por un valor y unas creencias (aunque no entraré en este post en las creencias). No conocer cuáles son nuestros valores es como tener un coche y no saber si necesita gasolina o gasoil. Imagínate en la gasolinera, frente a los surtidores… ¿qué haces, pruebas suerte? Pues eso es lo que haces en la vida si no tienes claro cuál es la fuerza que te mueve y te motiva internamente.
Pero yo ya sé cuáles son mis valores
Si ese es tu caso, sólo tengo una pregunta para ti: ¿Seguro?
La mayoría de la gente dice que uno de sus valores es la familia. Lo divertido resulta cuándo les preguntas «¿Y cuánto tiempo pasas con ellos?». Ahí empiezan ya a recular: «bueno, es que trabajo mucho» o «cuando llego a casa estoy muy cansado» o «aprovecho el rato que tengo libre para ir al gimnasio». Mmm, ¿entonces tu valor principal no será la salud o quizá la libertad?
Hay una diferencia entre los valores que crees que tienes y los valores que realmente tienes. Es importante, pues, distinguir entre:
- Valores enunciados: Los que dices que tienes y crees que tienes (o al menos te gustaría tener).
- Valores vividos: Son los que realmente vives y que resultan en tu comportamiento del día a día.
Te pondré un ejemplo. Imagina un ejecutivo que trabaja mucho. Puede decir que su valor es familia (valor enunciado) y, sin embargo, trabaja tanto para ganar dinero que no le queda tiempo para verla. Y este comportamiento se repite día tras día. Por mucho que diga que su valor es la familia, su valor vivido podría ser el éxito profesional o el dinero, por ejemplo.
Los valores se traducen en comportamientos concretos. Por mucho que digas algo, al final, lo único que queda es lo que haces.
Tengo que recalcar también que los valores no son buenos ni malos en sí mismos. Alrededor de los valores se forman las creencias, que tampoco son buenas ni malas en sí mismas, sino que pueden ser potenciadoras o limitantes (pero ese es otro tema para otro post).
¿Para qué nos sirve conocer nuestros valores?
La respuesta es simple. Para ser más felices.
Volvamos al ejemplo anterior de la persona que trabaja mucho. Supongamos que uno de sus valores fundamentales realmente es la familia y su trabajo le impide vivir ese valor. Bien, pues esta persona va a ir, poco a poco, sintiéndose mal, estresada y enfadada porque su situación le choca directamente con uno de sus valores fundamentales. Al final, esta persona acabará dejando ese trabajo.
Cuando eres incongruente con tus valores, se genera un malestar general dentro de ti. ¿Alguna vez te ha pasado que una situación no te gustaba y no sabías exactamente qué ocurría? Ahí había algo que chocaba con tus valores. Reflexiona sobre ello.
Cuando conoces realmente cuales son tus valores, tomar decisiones es mucho más fácil. Basta con repasar si esto que vas a hacer es coherente contigo y además tendrás la tranquilidad de saber que estás haciendo lo que es correcto para ti. Sirve para alinear y transformar tu vida para mejor. También los demás podrán notar que por fin están con el verdadero tú. Te sentirás motivado y realizado a medida que vas viviendo tus valores.
He podido comprobarlo conmigo mismo y con mis clientes. En el momento que conocen sus valores, el proceso de mejora es mucho más sencillos para ellos y los resultados son exponenciales.
Ten el valor de vivir tus valores.